miércoles, 14 de noviembre de 2012

Día de todos los Santos

Se colocan ofrendas en las tumbas en honor a los fieles difuntos; se preeparan platillos especiales como parte de las ofrendas, se decoran altares con veles y flores, junto a los cuales los familiares pasan el día acompañando a sus muertos y rezando por sus almas.

La Iglesia primitiva acostumbraba a celebrar el aniversario de la muerte de un mártir en el lugar del martirio. Frecuentemente, los grupos de mártires morían el mismo día, lo cual condujo naturalmente a una celebración común. En la persecución de Diocleciano, el número de mártires llegó a ser tan grande, que no se podía separar un día para asignársela. Pero la Iglesia, creyendo que cada mártir debía ser venerado, señaló un día en común para todos. La primera muestra de ello se remonta a Antioquia en el Domingo antes de Pentecostés.
También se menciona este día en común en un sermón de San Efrén el Sirio en 373. En un principio, sólo los mártires y San Juan Bautista eran honrados por un día especial. Otros santos se fueran asignando gradualmente, y se incrementó cuando el proceso regular de canonización fue establecido; aún, a principios de 411 había en el Calendario caldeo de los cristianos orientales una “Commemoratio Confessorum” para el viernes. En la Iglesia de Occidente, el papa Bonifacio IV, entre el 609 y 610, consagró el Panteón de Roma a la Santísima Virgen y a todos los mártires, dándole un aniversario.
Gregorio III (731-741) consagró una capilla en la Basílica de San Pedro a todos los santos y fijó el aniversario para el 1 de noviembreGregorio IV extendió la celebración del 1 de noviembre a toda la Iglesia, a mediados del siglo IX.

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